lunes, 14 de marzo de 2011

Para muestra un botón

Supongo que, respecto a este proyecto, pensaré como la mayoría de mis compañeros.
Al principio, cuando Miguel propuso este proyecto, todos a mis compañeros y a mí, nos entró un poco de pánico. Teníamos que hacer una especie de teatro, en el que contábamos en un minuto la vida de nuestros antepasados, o también podría ser una historia inventada. Lo peor era que nos teníamos que vestir como ellos. En ese mismo momento, mil preguntas sin respuesta se me vinieron a la cabeza. ¿De dónde iba a sacar la ropa? ¿Cómo iba yo a ser capaz de hablar vestida de anciana delante de un público? ¿Cómo o a quién se le ha ocurrido darle esta idea espantosa a Miguel?

Pasaban los días y yo no sabía de donde sacar la ropa, ya que mi abuela que vive en Medina no utiliza vestidos, sino pantalones, y en aquella época de la postguerra que íbamos a representar, las mujeres no llevaban  pantalones, y me daba cosa pedírsela a mi abuela que vive en San José del Valle, porque la pobre está muy mayor y pensé que la iba a molestar. Pero no tuve otro remedio, fui y se la pedí a mi abuela, y la verdad, que le hizo mucha ilusión, nunca se imaginó que yo, su nieta la más pequeña le iba a pedir un vestido suyo para ponérmelo aunque solo fuera para una obra de teatro.

Una de mis mil dudas se resolvieron, pude conseguir la ropa, pero aún quedaban muchas cuestiones….¿Cómo iba a actuar en público? Ese era mi mayor problema ahora.
Fuimos a los ensayos por las tardes, y con solo mis compañeros y dos profesores delante ya me ponía nerviosa. Pensé por un momento en no hacerlo, pero realmente no merecía la pena suspender la asignatura por no hacer un teatro de un minuto.

Pero un día, nos dieron, creo, que la mayor sorpresa de todo el curso. ¡No teníamos que actuar en público! Al parecer el proyecto había cambiado de ideas…. Ahora no teníamos que hacer ese teatro. Ahora teníamos que contar nuestra historia delante de una cámara, en la que nos grababan. En realidad también me daba vergüenza, pero prefería mucho antes eso, que actuar delante de mucha más gente.

Cuando llegue al instituto por la tarde, todo fue muy diferente a lo que yo me imaginaba. Era realmente increíble, como mis compañeras y compañeros se habían vestido, vamos es que parecían de aquella época.
Y por fin me tocaba que me grabaran, quería hacerlo para quitarme un peso de encima, cuando me senté ahí, en ese taburete con ese fondo marrón me entraron los nervios, pues tenía que hacerlo bien para tener buena nota. Cuando me explicaron qué tenía que hacer todo parecía fácil. Tan sólo tenía que seguir la mirada a la mano de Miguel, y de vez en cuando mirar a la cámara. Comencé a hablar pero sinceramente me pareció gracioso eso que estaba haciendo, estaba vestida de anciana, delante de una cámara con dos profesores, y siguiendo la mirada a la mano que iba del suelo al techo a uno de ellos. No pude aguantar, por lo que tuve que reírme. Con suerte la segunda vez lo hice bien y no me reí.

Pero ahí no terminaba el proyecto. Teníamos que ir vestidos de ancianos un día entero al instituto. Esta parte del proyecto, no me afectó mucho, pues pensé que no me daría vergüenza vestirme así, si mis compañeros también iban igual que yo vestidos.

Y llegó el gran día. Teníamos que vestirnos de ancianos. Cuando llegué y nos vestimos todo, nada más salir de clase, nos hicieron un comentario, el típico niño gracioso y chulito de primero de eso…nos dijo “¡os habéis confundido de día, hoy no es carnaval!” y a continuación todos sus compañeros rieron. Pero a nosotros no nos afectó, nos reímos también. A lo largo del día todo el mundo nos miraba, algunos se reían y otros miraban asombrados.

Fue una experiencia verdaderamente única, que deberíamos repetir algún día. Una experiencia, que antes de vivirla, una compañera y yo pensábamos que era una locura, y que lo íbamos a pasar fatal por la vergüenza, pero que luego, después de haber sentido lo que es estar así vestidos, hemos pensado que, ¡deberíamos ir así vestidos una semana entera!

No hay comentarios:

Publicar un comentario